El maestro Shri Simha, activo en el siglo VIII,
es sin duda la figura de mayor relevancia en la historia de la introducción del Dzogchen en el Tíbet,
en tanto que fue él quien transmi­tió las enseñanzas del Semde y el Longde al traductor tibetano Vairochana. 

Según el Vairo Drabag, como hemos leí­do,
Shri Simha fue discípulo de Buddhagupta y maestro de la bhikshuríl Kungamo y Vairochana.
Sin embargo, las tradi­ciones del Longde y el Mennagde narran, en cambio,
que fue discípulo directo de Mañjushrlmitra. 
El relato de su encuen­tro según los textos del Mennagde puede encontrarse traduci­do en distintas lenguas occidentales. Resulta especialmente significativo el relato que encontramos en el Puente del vajra del Longde  donde se reiteran ciertos elementos que ya he­mos encontrado a propósito de la historia de Mañjushrlmitra.

A continuación sigue una versión ligeramente abreviada:
Shri Simha se preguntaba si, aparte de los métodos de acu­mulación y purificación que presuponen la necesidad de muchas vidas para realizarse, existían unas enseñanzas que permitiesen comprender la naturaleza última en un instan­te y alcanzar el despertar en una sola vida.
Cuando acu­dió a los eruditos de Nalanda, los panditas expertos en el Mantrayana le dijeron: «Siete generaciones atrás el maestro Mañjushrlmitra planteó la misma pregunta y luego fue al en­cuentro de Garab Dorje. Si ahora te diriges hacia el sur, en la región de Betai Ling, encontrarás al maestro Mañjushrímitra en el pueblo de Pelyon Tamche Jungwa.
¡Él posee lo que tú estás buscando!» 

«¿Es difícil llegar hasta allí? ¿Cuánto tiempo se requiere?", preguntó Shrí Simha. 

«El camino es muy largo y hacen falta alrededor de trece meses para com­pletarlo.
Además, está infestado de yakshas y dákinis mal­vados, serpientes venenosas y bestias feroces.» 

Shrí Simha dudó por un instante y luego preguntó: «¿Existe algún ata­jo?»
«Existe un camino bajo tierra, pero no está falto de pe­ligros porque en él también hay serpientes venenosas y mo­ran espíritus cautivos», le respondieron los panditas.
«¿Y no existe ninguna protección para todo esto?», preguntó Shri Simha,
y los panditas le respondieron: «Para protegerte de las serpientes y los espíritus deberás untarte el cuerpo con un aceite especial llamado maghita y llevar una lámpara de grasa humana. Además, como siempre estarás en la oscuri­dad, necesitarás también una antorcha.»

Con gran esfuerzo, Shri Simha se hizo con todo lo ne­cesario y partió. 
Tras seis meses viajando en la oscuridad y sin encontrar ningún obstáculo, 
llegó al pueblo indicado en la región de Beta Ling.
Allí preguntó dónde se encon­traba el maestro y un aldeano le respondió:
«Sabemos que en nuestro pueblo vive un tal Mañjushrímitra,
¡pero no te­nemos ni idea de qué aspecto tiene!»

Otras personas tam­bién le respondieron lo mismo y, así,
durante todo el sépti­mo mes de su viaje continuó buscándolo por todas partes,
sin encontrarlo.
En una ocasión, 
Shri Simha se encontraba cerca de una fuente 
cuando vio llegar a una anciana en busca de agua 
y le preguntó también a ella si conocía al maestro Mañjushrímitra.
La mujer, sin responderle, 
se dispuso a reanudar su cami­no pero cuando fue a levantar su jarra no pudo despegarla del suelo 
(Shrí Simha estaba usando sus poderes mágicos).
Entonces, la anciana pronunció la fórmula citta abhiprasa la y se abrió el pecho, 
mostrando en su corazón el mandala de las nueve divinidades del ciclo de Yangdag.
Entonces Shri Simha le volvió a preguntar si conocía al maestro Mañjushrimitra y ella le respondió:
«¡Por supuesto! Sólo yo lo conozco: ¡es mi hermano!» 
A continuación se cerró de nuevo el pecho y, 
tomando la jarra de agua, se puso en cami­no hacia su casa, seguida de Shri Simha.
Cuando llegaron a la casa de la anciana, 
Shri Simha vio a un hombre con aspecto de monje y el pelo recogido enci­ma de la cabeza, que labraba su campo empujando un ara­do hacia delante mientras sostenía un yugo sobre la espal­da.
La anciana lo señaló y dijo: «¡Es él!»
Pero Shri Simha, dudando, 
pensó: «El maestro Mañjushrimitra debe tener el aspecto de un pandita o un yogui, 
y este hombre parece un religioso laico normal y corriente.
Aun así, ¿podría tratarse del maestro?»
Al cabo de un rato. Shri Simha le pidió algo de comida al hombre y éste respondió:
«¡Aquí no tenemos comida; ve al pueblo a pedirle limosna a mi mujer!»
Al llegar al pueblo, la mujer de Mañjushrimitra le dijo: «Hoy no tengo tsampa»" y, a continuación, cogió siete gorriones que había compra­do en el mercado y,
después de cocinarlos con todas sus plumas, se los sirvió con arroz.
Entonces. Shri Simha dijo: «Como soy un bhikshu no me está permitido comer carne, 
especialmente la carne de animales que se matan a propósi­to para mí».
Entonces, la mujer exclamó: «¡Muy bien!», y después de poner los siete gorriones en la palma de su mano, 
sopló sobre ellos y éstos salieron volando libremente por el cielo.
Shri Simha pensó: «¡Si esta mujer posee tales pode­res mágicos, 
es posible que aquel hombre sea realmente el maestro Mañjushrimitra!», 
por lo que decidió cerciorarse de ello.
Al llegar el anochecer, como necesitaba encontrar un lugar donde dormir, 
se le permitió quedarse allí.
El hombre con aspecto de monje, que en realidad era el maestro,
no tar­dó en llegar e inmediatamente le preguntó a la mujer:
«¿Le diste de comer?»,
y ella respondió: «Le ofrecí comida pero no la quiso.»
«¡Como él quiera!» añadió el maestro.
Por la mañana. Shrí Simha comenzó a leer en voz alta La red de la manifestación mágica de Vajrasattva.
En un principio, el maestro escuchó sin levantarse, luego se alzó y siguió escuchando hasta que Shri Simha hubo terminado. Entonces, le dijo: «Ya no digamos su significado verdade­ro, ¡pero es que ni siquiera de las palabras comprendes el sig­nificado!»,
y Shri Simha pensó: «¿Será en verdad el maes­tro?»
Más tarde, la mujer regresó del mercado, donde había comprado el brazo izquierdo de una mujer, 
todavía fresco y con cinco brazaletes puestos. 
Lo cocinó y lo sirvió, 
pero Shri Simha exclamó:
«¡Yo soy un bhikshu y no puedo comer car­ne, especialmente carne humana, 
ya sea de hombre o de mu­jer!»
Entonces, el maestro cogió aquel brazo y chasqueando los dedos 
lo hizo desaparecer en el cielo envuelto en un des­tello de luz.
En aquel instante Shri Simha se dio cuenta de que se encontraba ante Mañjushrimitra,
le ofreció un mandala de oro, se postró a sus pies y le circunvaló tres veces.
Entonces le dijo: «¡Te ruego que hagas surgir en mí el conocimiento que tú posees!»
Pero el maestro permaneció en silencio.
Shri Simha repitió el ritual tres veces más, pero el maestro no res­pondía nada.
Desalentado Shri Simha pensó: «El maestro no quie­re enseñarme, será mejor que me vaya.»
En aquel instan­te el maestro gritó en voz alta: « Shri Simha, ¡ven aquí!»
Shri Simha se levantó de inmediato y vio a Mañjushrimitra tumbado en el suelo rodeado de suciedad.
Así que, pensan­do que el maestro quería hacerle barrer el suelo, se puso a limpiar vigorosamente el suelo, hasta barrerlo dieciocho ve­ces.
Al final, completamente exhausto, se puso a descansar.
En aquel momento se dio cuenta de que en la almohada del maestro 
había un fruto de color llamativo y fragante olor. 
Pensando que el maestro quería que lo comiera, 
lo mordió y sintió ocho fantásticos sabores distintos. 
Pero apenas termi­nó de comerlo se sintió mal y empezó a vomitar, 
sintió que perdía el conocimiento y creyó que iba a morir.
Shri Singha
Entonces, por siete veces formuló el siguiente pensa­miento:
«- ¡Aunque muera, no importa!
Al principio, cuan­do el maestro araba el campo llevando el yugo sobre la es­palda.
estaba enseñándome a través de los símbolos, pero yo no lo he comprendido.
- ¡Aunque muera, no importa!
Cuando ha hecho que me sirvieran la carne de aquellas aves,
estaba transmitiéndome el conocimiento a través de aquel símbolo, pero yo no lo he comprendido.
- ¡Aunque muera, no importa!
Cuando he terminado de recitar el texto,
me ha transmitido el conocimiento a través de sus palabras simbólicas, pero yo no lo he comprendido.
- ¡Aunque muera, no importa!
Cuando ha hecho que me sirvieran aquel brazo de una mujer,
estaba transmitiéndome el conocimiento a través de aquel símbolo, pero yo no lo he comprendido. 
- ¡Aunque muera, no importa!
Cuando le he ofrecido el mandala,
postrándome y circunva­lándolo, y el maestro no me ha respondido, 
no he compren­dido lo que simbolizaba el silencio. 
- ¡Aunque muera, no im­porta!
Cuando pensaba en marcharme y el maestro me ha llamado,
me ha hecho barrer el suelo, no he comprendido el símbolo.
- ¡Aunque muera, no importa! Cuando, por últi­mo, me he comido el fruto, no he comprendido el símbolo.
 ¡Por esto, aunque muera, no importa!»

En aquel instante, Shrí Simha se puso a vomitar y reco­bró la conciencia,
miró hacia arriba y vio al maestro de pie a su lado, que le decía:
«¿Qué es lo que quieres?»
«¡Deseo un método que me permita obtener la comprensión en un instante
y alcanzar el despertar en una vida!», contestó Shri Simha.
Entonces el maestro le preguntó:
«¿Pero aún no lo has comprendido?»
«¡No, maestro!», dijo Shri Simha.
«Yo te he enseñado desde el primer momento, 
 Mañjuśrīmitra 
¡eres tú quien no ha comprendido! 
. Cuando araba el campo, 
te he enseñado el significado verdadero de método y prajña. 
. Cuando te han servido la carne de los gorrioncillos, 
a través de aquel sím­bolo te he enseñado la naturaleza última de las seis concien­cias agregadas. 
. Cuando recitabas "La red de la manifesta­ción mágica" 
te he enseñado que todos los fenómenos están más allá de la explicación. 
. Cuando te han servido el brazo de una mujer, 
el hecho de que fuera el izquierdo representa­ba prajña, 
mientras que los cinco brazaletes representaban las cinco sabidurías. 
. Cuando me has ofrecido el mandala, 
te has postrado y me has circunvalado, pero yo he permaneci­do en silencio, 
te he enseñado que todos los fenómenos es­tán más allá de la palabra, 
el pensamiento y la definición.           
. Cuando, al no haber comprendido, 
has decido irte, para pu­rificar los dieciocho elementos sensoriales
te he hecho ba­rrer dieciocho veces el suelo. 
Viendo que todavía tenías obstáculos dualistas, 
tanto profundos como sutiles, ligados a la idea de sujeto y objeto,
te he hecho comer aquel fruto.
Entonces, tu aferramiento por su color y su olor 
simbolizaba el aferramiento que se tiene por los objetos del mundo exter­no. 
Tu aferramiento por su excelente sabor, 
en el momento en el que lo has mordido, 
simbolizaba el aferramiento hacia la mente conceptual 
que constituye el sujeto interno. 
Luego te has sentido mal debido a los obstáculos 
relacionados con la dualidad entre sujeto y objeto, 
pero mientras sufrías has pensado siete veces que no te importaba morir, 
con lo que has purificado los obstáculos y te has curado.»
Entonces, 
Mañjushrímitra le trasmitió el significado de lo sin nacimiento, 
lo ininterrumpido y lo no dual 
pronuncian­do las sílabas simbólicas A, HA, HO, YE,
y Shri Simha tuvo la experiencia del sonido natural
de la condición última de los fenómenos,
que se prolongó durante siete días.

Cuando des­pertó de este estado, vio a su lado al maestro, 
quien para que no olvidara el significado de lo que le había dicho
le trasmi­tió la palabra simbólica abandhara 
Shri Simha compren­dió que significaba: 
«¡Mira hacia el centro del cielo!» 
Así, al alba, mientras los planetas, las estrellas se ponían,
las nubes y la oscuridad se desvanecían, 
dirigió la mirada ha­cia el espacio delante de él, ni arriba ni abajo. 
Comprendió entonces que, 
al igual que el espacio no está producido por causas
y no depende de condiciones para manifestarse, 
ni puede identificarse de ningún modo, 
del mismo modo la na­turaleza verdadera de la mente no está producida por causas 
no depende de condiciones y carece de toda substancia
que pueda limitarse en una definición. 
Shri Simha obtuvo así el siddhi supremo y, como consecuencia, 
también los siddhis comunes,
purificando todo su karma y sus correspondientes huellas residuales.»


[..] Ocho dharmas mundanos.
[..] Por muy apegados que estemos a las cosas de esta vida, no hay forma de retenerlas. 
La juventud, con todos sus placeres, pasa rápidamente; 
y el vivir hasta los cien años sin una práctica espiritual sólo servirá para prolongar el sufrimiento de la vejez. 
Mientras tu mente permanezca contaminada por las ocho pre­ocupaciones mundanas, 
no esperes que el estudio, la reflexión y la meditación te conduzcan a la liberación. 
Las metas mundanas carecen de finalidad y valor. 
Si por el contrario practicas con la idea de alcanzar el despertar para beneficiar a todos los seres, 
as­piras a la más noble y valiosa de todas las metas: 
la bodhicitta, la esencia de todos los caminos, el único dharma que los consigue todos. [..]

También llamados las «ocho preocupaciones mundanas», 
designan, en el bu­dismo indo-tibetano, 
Nagarjuna las definio muy bien,
son las situaciones mundanas preocu­pantes, 
los pensamientos y deseos sociales 
que desvían al practicante de su objetivo:

-    La esperanza de ganancia y el temor a la pérdida.


-    La esperanza de placer y el temor al dolor.

-    La esperanza de 
renombre, fama o gloria y el temor al anonimato o deshonra.

-   La esperanza de alabanza o elogio y el temor a la difamación, censura o critica.

 Cabe reunirlas en dos actitudes fundamentales  
la esperanza y el temor, [..]  
http://www.akal.com/libros/Diccionario-Akal-del-Budismo/9788446017714
Relacionaré estas con la décima de las diez ausencias 
que aparecen en el kulayaraja tantra.
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[..] El rey creador de todos los fenómenos, (Kunjed Gyalpo, Kulayaraja,
un tantra-raíz del Dzogchen semde, ofrece los siguientes diez puntos,
denominados técnicamente las "diez ausencias" (med pa cu),
características de la comprensión profunda del Dzogchen.

1. No hay visión en la que meditar
2. No hay ningún compromiso (samaya) que respetar,
    salvo morar en Rigpa sin distracción
o en su defecto mantener una conciencia responsable.
3. No hay una determinada cualidad espiritual que desarrollar
4. No hay mandala que crear
5. No hay ninguna iniciación que recibir
6. No hay sendero que seguir
7. No hay niveles de realización (o bhumis) que recorrer
8. No hay ninguna conducta específica que se deba adoptar o abandonar
9. Desde el sin principio la sabiduría natural permanece libre de obstáculos
10. La perfección espontánea (Lhundrub), está más allá de la esperanza y el temor.  [..]
 http://www.editorialkairos.com/catalogo/tantra-de-la-fuente-suprema
[..]La sabiduría nacida de ella misma, inmutable,
transciende causas y condiciones en tanto perfección espontánea (Lhundrub).[..]
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[..] Orgulloso.
Sinónimos: soberbio, altanero, arrogante, envanecido, petulante, jactancioso,
presumido, engreído, creído, presuntuoso, vanidoso, chulo, fanfarrón, fantasma. [..]

[..] Engreimiento.
Padma dijo: 
Los mal llamados practicantes del dharma, 
con su arrogancia y engreimiento manifiestan una gran ambición.
La dama preguntó: Qué significa eso
Padma  dijo: 
Algunos son engreídos considerando que poseen muchos conocimientos para enseñar.
Algunos son engreídos por considerarse buenos practicantes del dharma.
Algunos son engreídos considerándose como los grandes meditadores que viven en la soledad de las montañas.

Algunos son engreídos por considerarse 
poderosos y de grandes habilidades.

Viendo riquezas y objetos deseables, 
suspiran como un ani­mal carnívoro oliendo sangre.

Viendo algo poco deseable o molesto, 
escapan corriendo como un yak salvaje puesto en libertad.

Están fascinados por sus propias virtudes como si contem­plaran el ojo de la pluma del pavo real.

Envidian las virtudes ajenas con el mismo celo que vigila un perro guardián.

En cualquier caso, estos engreídos practicantes del dharma son su peor enemigo. 

Siento pena por éstas personas ignorantes atrapadas en el puño de Mara.[..]
que me hizo volver a reflexionar sobre estos asuntos. 



 Enlace recomendado sobre el orgullo:
http://marpamahamudra.blogspot.com/2009/11/falsa-humildad-orgullo.html 


¡Entre los 51 factores mentales, 
hay seis que detallan las seis aflicciones raíces, 
una de ellas es el venenito del orgullo, citaré:

[..]24. El orgullo (Tib.: Nga.guiel). Traducido literalmente del tibetano, significa importancia personal. El orgullo es un factor mental distintivo que, debido a una percepción del yo o de lo mío como autoexistente, se aferra a una imagen de sí mismo inflada o superior. El orgullo surge de una comparación entre lo bueno y lo malo, lo superior y lo inferior.
El orgullo se puede dividir en seis grupos que son los siguientes:
-Orgullo inferior. El que surge cuando nos comparamos con los seres que consideramos inferiores a nosotros.
-Orgullo superior. El orgullo que aparece cuando nos comparamos a aquéllos que están a nuestro mismo nivel social, de conocimiento, etc., y a pesar de ello, nos consideramos superior a ellos.
-Orgullo extremo. Al compararnos con seres superiores a nosotros y seguimos pensando que somos superiores a ellos, entonces aparece el orgullo extremo.
-Orgullo egoísta. Es la actitud presuntuosa de alguien que considera el agregado de su cuerpo, por ejemplo, como algo perfecto; y no sólo eso, sino que percibe el yo y ese agregado del cuerpo como una entidad autoexistente.
-Orgullo auto-afectado. Este orgullo, aparece cuando, ante una serie de personas que poseen un conocimiento mucho mayor que uno mismo, piensa: "Puesto que yo apenas poseo una fracción del nivel de los demás, soy verdaderamente humilde e insignificante". El orgullo auto-afectado, surge de esa humildad que ha declarado, surge de una humildad falsa.
-Orgullo distorsionado. Este es el caso de generar orgullo por seguir un camino espiritual que no es correcto, que su base no es real. Por ejemplo, una persona que, siendo de una moralidad bastante degenerada, se considera a sí misma correcta y virtuosa.
La función del orgullo es evitar el desarrollo de cualquier virtud superior, haciendo a la persona altiva e irrespetuosa. [..]

"Vida y enseñanzas de un lama tibetano". Guese Lobsang Tsultrim. 

Humildad: Actitud de la persona que no presume de sus logros, reconoce tanto los fracasos, como las debilidades y actúa sin orgullo.

[..]  Cada vez que adquirimos alguna cualidad admirable, 
algún conocimiento o habilidad específica, 
surge inmediatamente el or­gullo arruinando ese atributo positivo, 
cualquiera que sea. Im­buidos de nuestra persona, 
deslumbrados por nuestra propia be­lleza, inteligencia o saber, 
ya no vemos las extraordinarias cuali­dades de los maestros auténticos. 
A pesar de que la gente normal como nosotros tiene ciertas virtudes, 
éstas son menores compa­radas con las de los seres despiertos, 
y están ampliamente eclip­sadas por nuestras faltas. 
Por cierto, 
las virtudes por las que nos sentimos tan orgullosos son a menudo defectos enmascarados.
Así pues, todo el talento limitado e inestable que poseamos, 
no es para nada motivo de orgullo. 
Como dice el refrán: "El agua no puede acumularse en la cumbre de una montaña, 
y el verda­dero mérito no se acumula sobre la cresta del orgullo". 
El orgu­llo detiene el desarrollo de la devoción, la sabiduría y la compa­sión; 
nos cierra a las bendiciones del maestro e impide nuestro progreso espiritual. 
Para evitar los peligros que nos hace correr el orgullo, 
es importante aprender a conocerse y ser honesto consigo mismo.
Si lo analizas bien, el orgullo no está en lo que nos enorgulle­ce, 
sino que es producto de la mente. 
Se desvanece como la bru­ma matinal en cuanto uno permanece modesto y humilde en to­das las circunstancias. 
Una mente que no cae en las garras del or­gullo permanece en la sabiduría de la igualdad. [..]

[..]No corras tras el objeto de tu orgullo: mira la mente que lo aprehende.
la creencia en tu superioridad se libera en cuanto nace, vacía desde siempre,
esta vacuidad primordial no es otra que la sabiduría de la igualdad[..]

[..] no uses los meses y años pasados en retiro 
para reclamar el titulo de lama 
y sentirte orgulloso de “ser” un lama.[..]
 Nota que aparece al final del poema  
"EL CAMPO CREMATORIO DE SHITAVANA"
(MahasiddhaS Damarupa y Kanha).
Entrada creada con motivo 
de que hoy es el día 
en el que se celebra el aniversario 
del señor de todos los Rigdzin
el gran Vidyadhara  
Garab Dorje 
[..] Durante la niñez, distraídos por el juego; en la flor de la vida, un cuerpo joven abstraído por el deseo; 
ya canoso y poblado de arrugas, próximo a la muerte: 
Esta vida humana pasa inútilmente, 
¡amigos de mi corazón!
En este mundo, cada minuto,
día y noche, cada instante es fugaz.
Unos nacen, otros mueren,
unos se sienten felices, otros desgraciados,
unos lloran, otros ríen, etcétera:
Viendo que todas las cosas son tan impermanentes como el re­lámpago,
es tan triste permanecer despreocupado y 
negligente dando por supuesto que uno ha adquirido el poder de la vida diamantina
y que vivirá hasta la venida del Buda Maitreya.
¡No permanezcáis, pues, indiferentes, amigos de mi corazón!
La naturaleza de todas las cosas es ilusoria y efímera. 
Aquéllos de percepción dualista consideran el sufrimiento como felicidad,
como quienes lamen la miel en el filo de una hoja de afeitar. 
¡Cuán dignos de compasión los que se aferran con todas sus fuerzas a la realidad concreta! 
¡Dirigid la atención hacia vuestro interior, amigos de mi corazón!
Cuando eres feliz, todo parece muy agradable, cuando no lo eres, todo es amenazador y opresivo, los estados de ánimo de los humanos son como la luz y la som­bra en una cordillera montañosa iluminada por el sol. No hay nadie en quien depender en esta ocasión, así que, 
¡depended de vosotros mismos, amigos de mi corazón!
Esta vida humana, libre y bien dotada, es como una joya que colma los deseos, 
no regreséis con las manos vacías de la isla de las piedras pre­ciosas, 
¡amigos de mi corazón!
Aquí, en esta gran ciudad de los seis reinos de existencia, 
comparable a una isla de demonios, un nido de víboras, o un infierno de fuego insoportable, 
considerad el modo en que constantemente nos oprime el sufri­miento, 
¡amigos de mi corazón!
Si nos falta atención, seremos destruidos por demonios ladrones.
Las incontables acciones positivas de esta vida y las futuras se logran mediante la atención, 
así pues, recordad siempre la presencia alerta de la mente, 
¡amigos de mi corazón!
Manteniendo constantemente la alerta, la atención y la vigilancia, proteged vuestro samaya, 
amigos de mi corazón. 
Si eres puro en tu interior, todo es puro en el exterior, 
tened pues una visión pura de todas las cosas, 
¡amigos de mi co­razón!
El supremo campo de mérito y modelo del camino, es la sanga conductora,
no caigáis pues en las visiones erróneas y la crítica, amigos de mi corazón.
Por muy imperfecto que llegue a ser un discípulo de Buda,
cien seres comunes no conseguirán igualarle,
así que servidles y respetadles siempre, 
¡amigos de mi corazón!
Puesto que no se sabe quiénes son 
los seres espiritualmente ele­vados,
no trates de coger nada en la oscuridad 
como si fueras un ciego, amigos de mi corazón.
Puesto que desconocéis donde mora el yogui oculto, 
debéis venerar a todos, 
¡amigos de mi corazón!
De una pequeña acción positiva, surgirá un gran beneficio, 
no despreciéis pues las acciones sencillas, amigos de mi corazón. 
Quienquiera que oyendo tan sólo el nombre del Buda, 
levante una mano en signo de respeto,
habrá plantado la semilla de la Iluminación perfecta, se ha dicho. 
Así que no os confundáis nunca, 
¡amigos de mi corazón!
Si no reconocemos al maestro en su presencia, 
y le hacemos súplicas después desde la distancia, es demasiado tarde.
Cuando tenemos un lama pero no meditamos en sus instruccio­nes medulares, 
de nada sirve tener pensamientos vanos más tarde. 
Si no se practica el divino darma en esta vida, en las vidas futuras será difícil, 
¡amigos de mi corazón!
Oh, todos los seres ignorantes de los tres reinos vagan en transmigración, 
entre las fauces de los demonios de la transitoriedad de la triple existencia, pero, 
¡ay!, no se dan cuenta de ello.
Mañana o esta noche, ¿quién sabe cuándo llegará la muerte? 
Aun así, nadie se preocupa por eso, todos siguen en la negligencia y la complacencia. 
Oh, ¡cuán lamentable el modo en que los seres se engañan a sí mismos!
Dirigid vuestra atención hacia dentro, examinaros a fondo, y emprended lo que es significativo, 
vosotros que sois llamados amigos de mi corazón.
Deprisa, deprisa, 
practicad el dharma transcendente y no miréis al futuro,
practicad el sublime dharma inmediatamente, 
¡amigos de mi co­razón! [..]
 
Extracto de:

Un Canto Espontáneo a mi Mujer.
La Sagrada Esencia Fundamental de las Instrucciones Medulares.
Consejo en forma de un canto a mi mujer Damcho Sangmo.
Traducido por Surya Das, David Christensen y Corinna Chung, 1986

[..]Cuando el gran maestro Padmakara, un mantradhara poseedor de la bendita tradición de las enseñanzas, permanecía en la ermi­ta Perla de Cristal en Pamagong, la dama Tsogyal, princesa de Kharchen, solicitó sus instrucciones. En aquella ocasión, enseñó esta Guirnalda de cristal de la práctica perfecta para el beneficio de las futuras generaciones. ¡Gentes de tiempos futuros, prestad atención!
El maestro nirmanakaya Padma dijo: Si practicas el dharma de corazón, necesitas tener un auténtico maestro digno de con­fianza, un maestro espiritual perfecto con la transmisión intacta de un linaje puro.
Si tu maestro es falso, las instrucciones serán erróneas y todo tu adiestramiento será pervertido. Como eso sería extremada­mente peligroso, es esencial que encuentres un maestro cualifi­cado. ¡Tenlo presente!
La dama Tsogyal preguntó: Qué se entiende por transmi­sión intacta del linaje
El maestro nirmanakaya respondió: Se necesita un linaje que sea la transmisión intacta de la iluminación desde el dharmakaya, sambhogakaya y nirmanakaya. El linaje del maestro Padma es así. El dharmakaya Samantabhadra transmitió al sambhogakaya Amitabha, quien a su vez transmitió la consciencia por medio de los medios hábiles al nirmanakaya Padmakara. Mujer, has recibido las palabras del nirmanakaya en persona. Estás dotada de la trans­misión del linaje así como de sus bendiciones.

El maestro nirmanakaya Padma dijo:
Los maestros no deben dar el consejo del corazón a discípulos inadecuados que carecen del vínculo kármico.
La dama Tsogyal preguntó: Qué significa eso
El maestro respondió: Esas personas no respetan a su maes­tro e intentan engañosamente obtener las enseñanzas. Habiéndolas recibido, dicen que provienen de una fuente dife­rente dejando que las instrucciones orales se pierdan. No cum­plen el mandato del linaje. Puesto que no practican, impartirles las profundas enseñanzas es lo mismo que arrojar oro puro por la cloaca. Tales discípulos no son un recipiente adecuado para las instrucciones. Puesto que no las comprenden y carecen de con­vicción, serán incapaces de retenerlas. Al dar las instrucciones orales a personas inadecuadas, las enseñanzas pasarán a ser sólo palabras escritas en libros, distorsionando de ese modo el dhar­ma. Al darlas a un recipiente inadecuado, las enseñanzas serán dañadas. No hay necesidad de ello. El mantener las profundas en­señanzas es esencial, como lo es examinar hábilmente el carácter de los discípulos. ¡Tenlo presente!

El maestro nirmanakaya Padma dijo: No enseñes el dharma a personas que sostengan ideas erróneas.
La dama Tsogyal preguntó: Qué hay de malo en esto
El maestro respondió: Esas personas inadecuadas no com­prenden los puntos vitales de la instrucción oral. Puesto que ca­recen de la transmisión del linaje, su mente no se unirá al dhar­ma y su carácter se corromperá. Enseñar el dharma a personas que son hábiles en áridas especulaciones intelectuales y se aferran a sofismas, resultará en la denigración del dharma. Al deni­grar el dharma, el que lo hace acumula karma negativo, y tú mis­ma, al enfadarte por ello, también lo acumularás. Así, tanto el maestro como el discípulo acumularán karma negativo a costa del dharma. No hay necesidad de ello.
No hagas de las profundas instrucciones un objeto de com­praventa sino que practica con perseverancia en lugares remotos y une tu mente con el dharma.

El maestro nirmanakaya Padma dijo: No tengas seguidores que permitan que las enseñanzas se pierdan.
La damaTsogyal preguntó: Qué significa eso
El maestro respondió: Las personas de negocios, que disfru­tan con las ganancias mundanas y la reputación, están demasiado ocupadas con sus necesidades diarias y no permiten que la prácti­ca sea su actividad principal. Están satisfechas con sólo haber 'practicado', 'recibido', o 'comprendido' el dharma. A la mínima probabilidad de obtener una pizca de ganancia o fama, alimento o riqueza, disfrute o respeto, no ocultarán las enseñanzas incluso si han recibido el mandato del secreto por parte del gurú. En vez de ello, explicarán las enseñanzas sin la más mínima precaución mezclándolas con falsedad y charlatanería. No impartas las ins­trucciones orales a discípulos o seguidores que, como los charla­tanes, utilizarán al maestro y al dharma. Las enseñanzas del dhar­ma se corromperán. No hay necesidad de dar el néctar de la in­mortalidad a otros sin que tú lo hayas bebido, dalo sólo a aqué­llos con sincero interés. Al corromper las profundas enseñanzas del mantra secreto no se recibirá bendición alguna, la madre y hermana dakinis se molestarán y se producirán obstáculos. ¡Tenlo presente!

El maestro nirmanakaya Padma dijo: Extrae el néctar de las instrucciones orales y dalo a las personas dignas que posean la continuidad kármica de una práctica anterior, que deseen seguir
su sentido sagrado desde el fondo del corazón y lo vayan a practi car con perseverancia.
La damaTsogyal preguntó: Qué significa eso
El maestro respondió: Tales personas, considerando al maes­tro como un buda, tienen gran devoción. Percibiendo las instruc­ciones orales como un néctar, están convencidas. Estando sus mentes libres de duda, consideran a las enseñanzas como la pre­ciosa joya que colma todos los deseos. Percibiendo la miseria de las actividades samsáricas como un veneno, se ejercitan en la práctica pensando en el futuro. Viendo que las actividades de esta vida son fútiles, tienen gran fortaleza y perseverancia en su in­tento de alcanzar la insuperable iluminación. Tales personas no­bles, no contaminados por los defectos de la competitividad y la codicia de ganancias materiales y prestigio, son los sublimes des­cendientes espirituales de los victoriosos. Si impartes las instruc­ciones completas a tales personas, será beneficioso tanto para ti misma como para los demás. ¡Tenlo presente!

Un recipiente inapropiado no puede contener la leche de un león de las nieves. Pero cuando ésta se vierte en una jarra de oro, posee propiedades maravillosas.[..]
http://www.libreriaalef.com/cgi-vel/sinlib/FICHA-DEL-LIBRO.PRO?ID-SESION=&ID-CESTA=0&LIBRO=125969
- Esta entrada esta inspirada tanto en el comentario que hice algunos días atrás en una entrada que recogía estas cuestiones,  como en una entrada que he leído esta mañana en el mismo blog que sigo y que me hizo reflexionar sobre estos asuntos.




[..] Pasó ya el tiempo en que quería CONVENCER a los demás.
Me he dado cuenta de que cada uno debe estar dispuesto al cambio y
convencerse a sí mismo cuando la vida le hace plantearse ciertas preguntas.

Los defectos que pueda ver en los demás,
no son más que mis propios defectos reflejados en los demás,
por tanto si te digo que reflejan mis propias faltas e impurezas,
creo sinceramente que es así,
y que debo trabajar para corregirlo en mi mente.



También sé que las buenas cualidades que veo en los demás,
son mis propias buenas cualidades reflejadas en los demás,
por tanto si te digo que reflejan mis propias virtudes y méritos,
creo honradamente que es así,
y que debo desarrollarlas para el beneficio ser*.

("'no-dual: todos los seres y cosas).[..]
Composición elaborada a partir de una instrucción recibida el 26-11-09.
por un viejo amigo del dharma, que vive cerca de la falda del Montseny,
a su vez esta explicación esta sustentada en alguna reflexión extraída del libro


¡FELIZ DESPERTAR!
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