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copyright:  Theserin Sherpa

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[..] RIGPA (TIB. rigpa). 
Esta palabra, que habitualmente significa «saber» o «inteligencia» en tibetano (SC. vidyá), tiene un sentido muy específico en el Dzogchen. Designa el modo de ser original (TIB. gdod-ma’i gnas- lugs), la naturaleza de buddha presente en cada uno de los seres. 
En especial, hay que tener cuidado en distin­guir rigpa del espíritu ordinario (TIB. sems).
El espíritu ordinario, que incluye las ocho concien­cias, es el espíritu dualista confuso y agitado, juguete de la ilusión y productor de confusión. 
Se halla forma­do por una trama de impulsos momentáneos de pensa­mientos y de pasiones, y su naturaleza es vacua. 
Descu­brir la naturaleza del espíritu (TIB. sems-nyid) es descubrir su vacuidad, su ausencia de ser en sí. Pero en el transcurso de la disolución del espíritu ordinario, en­tre dos pensamientos, se manifiesta una presencia vacía y luminosa, sin objeto, que trasciende todo cuanto per­tenece al dominio del pensamiento. 
Rigpa designa esta Base primordial, que no está compuesta y que es, a la vez, vacuidad y luminosidad.
De ella se dice que resulta difícil de descubrir por­que está demasiado cerca de nosotros, porque es dema­siado simple, porque está más allá de la aprehensión del espíritu ordinario y porque resulta demasiado pro­funda. 
El maestro, a través de los medios apropiados, permite al estudiante experimentarla directamente, en la presentación de rigpa (TIB. rig-pa'i ngo-sprod). 
En­tre los sinónimos de rigpa, citemos «sabiduría nacida de sí misma» (TIB. rang-byung ye-shes), «estado natu­ral» o «modo de ser original» (TIB. gdod-ma’i gnas- lugs), «bodhicitta» (TIB. byang-chub sems) en el Sem- de y «conciencia de lo ordinario» (TIB. tha-mal-gyi shes-pa) en la Mahamudráde los kagyüpa.
Véase Dzogchen, Semde, Men ngak de, Mahamudra [..]
 
[..] AVIDYÁ (SC.) 
IPAI . avijiTi. TIB. marigpa. CH. wu- ming. yuchi. chi. JAP. mumyó]. 
«Ignorancia», «desconocimiento», «nesciencia». 
Origen de todos los males de la existencia en el samsara. 
Para todas las escuelas, la ignorancia es el veneno-raíz del espíritu, la pasión fundamental que se encuentra en el origen del resto, la instancia que toma la ilusión por la realidad. 
Es el pri­mer eslabón de los doce lazos de la producción condi­cionada y. en ese sentido, constituye la causa de la ocurrencia de los seres en la existencia condicionada.

LA IGNORANCIA EN LAS ESCUELAS HÍNAYÁNA.
En las escuelas del Hmayana y del Theravada. 
la ignorancia se define como la ignorancia de las cuatro nobles verda­des. 
de las tres marcas de la existencia, de la produc­ción condicionada y del karma. 
Ella es lo que nos impi­de conocer las causas del sufrimiento y 
adoptar los medios justos para liberarse de él. 
Es el último de los diez lazos o trabas (SC. samyojana) que encadenan a los seres al samsára. y sólo se corta definitivamente en el momento en que alguien se convierte en arhat. 
En las escuelas filosóficas Vaibhasika y Sautrantika, la igno­rancia es lo que mantiene la aparante cohesión del mundo y del yo individual, que de esa forma nos pare­cen permanentes. 
Nos impide tomar conciencia del ca­rácter compuesto de los fenómenos físicos y mentales, que en realidad son. según estas escuelas, reductibles en última instancia a los átomos y a los instantes indivi­sibles de conciencia.

LA IGNORANCIA EN EL MAHÁYÁNA.
En el Mahayana. la ignorancia resulta específicamente responsable de la incomprensión de la vacuidad de los fenómenos. 
El Cittamatra la hace responsable de la visión dualista que consiste en considerar los objetos de la conciencia como exteriores a ella misma, cuando en verdad son in­separables. 
El Mádhyamika considera que la ignorancia se encuentra en el origen de la confusión de los seres que toman la realidad convencional por la realidad ab­soluta. 
En esas dos escuelas filosóficas, cabe distinguir dos componentes en la ignorancia: la ignorancia innata (TIB. lhan-cig skyes-pa'i ma-rig-pa), que impide a los seres comprender la verdadera naturaleza de los fenó­menos. y la ignorancia imaginativa o conceptual (TIB. kun-brtags ma-rig-pa), que consiste en construir una realidad ilusoria a partir de esta incomprensión de la realidad absoluta.

LAS TRES IGNORANCIAS SEGÚN EL DZOGCHEN.
En el Dzogchen de la escuela Nyingmapa, se habla de tres ig­norancias a propósito del proceso de extravío que con­duce al samsára. Estas tres ignorancias dan cuenta del  desarrollo de la ilusión a partir de una interpretación errónea de la expresión de la Base primordial. 
La pri­mera es «la ignorancia de naturaleza idéntica a su cau­sa» 
(TIB. rgyu bdag-nyid gcig-pa'i ma-rig-pa). que se manifiesta en el momento mismo de la irradiación de las cinco sabidurías surgidas de la Base. 
Se expresa como una duda sutil en cuanto a la naturaleza de esa irradiación. En un segundo momento, se manifiesta la ignorancia innata (TIB. Ihan-cig skyes-pa'i ma-rig-pa). que no reconoce la irradiación como una expresión de la Base, sino que la toma por un objeto exterior. 
En este estadio se produce la escisión dualista entre un su­jeto observador y un objeto observado. En un tercer momento, surge la ignorancia imaginativa (TIB. kun- brtags ma-rig-pa), 
que etiqueta los objetos percibidos «exteriormente» y sobre impone la idea de un «yo» a la conciencia, que se toma por sujeto. 
El hundimiento en la ilusión y en la dualidad queda sellado por la activi­dad de esa tercera ignorancia, que construye la impre­sión engañosa de una realidad externa.
Véase interdependencia, pasiones. Dzogchen. Men ngak de [..] 54 y 398
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Jose Antonio PérEZ LópEZ.
En aquellos tiempos felices:  respetado, estimado, valorado, 
apreciado.. por todos, y conocido como:
"EL BRUJO"
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En realidad el mismo día que le endosaron este mote, 
allá en los albores.., en nuestra querida tierra  Linares (Jaén), 
nos lo pusieron por partida doble, 
"los brujos", pero fue el.., quien lo lucio con gala,
aunque el siempre supo que 
igual que el era mi maestro "de forma cariñosa" io era el suyo,
era una relación maestro discípulo bidireccional,
bonita y apreciada pieza de un puzzle cósmico 
en la que en cualquier contexto, selva tras selva, 
nos chocábamos las manos, un potente, energético y característico apretón de manos,
miles y miles de veces chocamos estas transmitiéndonos una complicidad monumental, 
solo la vida sabe desde que tiempo empezó a forjarse este vinculo karmico,
por supuesto la comunicación y transmisión fue
 mas allá de las palabras de mente a mente,
debido a esta admiración mutua, la fusión de consciencias, 
guru yoga a la vieja usanza, 
emergió con facilidad, naturalidad, elegancia y pura legitimidad,
como debe de ser.. SALÚ.


Respeta tu propio ritmo.

Respeta el espacio sagrado de tu corazón, donde tu Maestro mora.
Respeta el ritmo de los demás.
Cada uno baila su propia música!
enlazado por: Emilio H. de la pagina Puente de Luz
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Ceremonia de cremación de uno de los maestro de D. Elías C.: 
Kyabjé Dungse Thinley Norbu Rinpoche, 
hijo del gran Kyabje Dudjom Rinpoche.


Unas palabras clásicas y legendarias de su padre.

Entrada homenaje 
por ser hoy el día 
en que nació mi maestro raíz, 
que tristemente ya trascendió. 
En su recordatorio,
cito un fragmento de texto 
de un libro sin igual.

copyright images; STEREOSCOPY.

[..] Hay muchos métodos diferentes para obtener la Introducción directa, 
y no todos implican que debamos mirar hacia el interior del organismo; 
sin embargo, 
todos ellos están simbolizados 
por el dedo con el que Garab Dorlle apunta a nuestro interior.
Una vez que se posee la Visión, 
y sólo una vez que se posee la Visión, 
se podrá continuar en ella y así seguir adelante 
con el segundo y el tercer elemento de la vía en el dzogchén 
—los cuales, como hemos visto, 
son la Contemplación o gompa y el Comportamiento o chöpa—. 
Ahora bien, 
por lo general, después de que se ha obtenido la Introducción directa, 
el error llamado avidya o marigpa vuelve a manifestarse; 
si la Introducción directa no dejó en el alumno una seguridad indeleble 
de que la verdadera condición de sí mismo 
y todos los fenómenos es la que descubrió en la Introducción directa, 
creerá que la visión dualista y substancialista condicionada por el error 
llamado avidya o marigpa es la que es verdadera, 
y en consecuencia no podrá aplicar las instrucciones 
que harían posible la liberación espontánea de dicha visión. 
De aquí que la segunda frase de Garab Dorlle sea «no permanecer en la duda»: 
a fin de poder continuar en la vía, 
es esencial que el alumno se encuentre seguro en todo momento 
de que la verdadera condición de la realidad 
es la que experimentó en la Introducción directa 
(de lo que se trata es de la manifestación espontánea 
de una certeza inconmovible acerca de la verdadera condición de la realidad 
que se deriva de la vivencia directa de la misma, 
y no de una decisión del individuo con respecto a la condición en cuestión; 
si el individuo tuviese que decidir algo, 
ello implicaría que dicha certeza ya ha desaparecido, 
y puesto que las decisiones son función del error, 
aplicarlas no haría más que sostener dicho error).68 
Entonces y sólo entonces se podrá continuar en el estado de rigpa o Verdad, 
aplicando el segundo y el tercer elemento de la vía —que, 
como hemos visto, son la Contemplación o gompa y el Comportamiento o chöpa.
Esto significa que el mero hecho de haber obtenido la Introducción directa 
no es suficiente para continuar automáticamente en la vía; 
si, después de la Introducción directa, 
surge la duda y ya no se sabe si la verdadera naturaleza de la realidad 
es la que se experimentó durante la Introducción 
o la que corresponde a la ilusión dualista y substancialista, 
el individuo tendrá que volver una y otra vez a la condición de la Introducción, 
hasta que, incluso cuando esté manifiesto el error, 
tenga conciencia de que la condición que experimenta está signada por dicho error 
y de que la verdadera condición de sí mismo 
y del universo es la que vivenció durante la Introducción directa.
Será sólo entonces, cuando ya no permanezca en la duda, 
que podrá cumplir con la tercera instrucción de Garab Dorlle 
y «continuar en el estado (de rigpa o Verdad)». 
Al comienzo, continuará en el estado en cuestión 
sólo durante sesiones formales de práctica,
con lo cual estará practicando lo que se conoce como Contemplación o gompa 
y que puede definirse como «durante sesiones de práctica, 
continuar en el estado de rigpa o Verdad 
que se descubrió al desocultarse el tawa o Visión». 
Ahora bien, 
a medida que vaya adquiriendo confianza y seguridad en la Contemplación y 
por lo tanto en el estado de rigpa o Verdad, 
podrá mantener el estado en cuestión 
también fuera de las sesiones formales de Contemplación o gompa, 
con lo cual estará manifestando el Comportamiento o chöpa.
De hecho, 
otras enseñanzas establecen una diferencia radical 
entre el estado de Contemplación o ñamshak69 
y el de post-Contemplación o llethob,70 
insistiendo en que durante el primero 
debemos permanecer en la condición libre de dualismo 
y de valorización absolutización delusoria 
que distintos vehículos identifican con la verdad absoluta, 
y durante el segundo debemos considerar la experiencia dualista 
y valorizada delusoriamente como si fuese una ilusión, un espejismo, 
un sueño y así sucesivamente. 
En el dzogchén, en cambio, 
la post-Contemplación 
no es otra cosa que la continuidad de la Contemplación misma 
en la vida cotidiana —o sea, 
el Comportamiento en el sentido en el que se lo definió al comienzo de esta sección.
En las sectas monacales tibetanas que practican las enseñanzas tántricas, 
por lo general se dice que externamente el practicante 
debe exhibir la conducta que prescribe el hinayana, 
manteniendo una actitud subyugada 
que en todo momento muestre que se están observando los preceptos 
propios de ese vehículo y que se está realizando la práctica; 
se afirma que internamente el practicante 
debe mantener la intención propia del mahayana, 
que es la de actuar por el bien de otros 
y dedicarse a lograr la liberación de todos los seres que sienten, 
y se señala que secretamente el practicante debe mantener el samaya 
y la práctica del tantra.
Esto no corresponde necesariamente al Comportamiento del atiyana-dzogchén. 
En tanto que no hayamos consolidado nuestra práctica 
por medio de la aplicación de los métodos más «avanzados», 
aunque en ocasiones logremos extender la Contemplación, 
de modo que abarque las actividades de nuestra vida cotidiana, 
durante esta última el error se manifestará una y otra vez, 
interrumpiendo nuestra Contemplación.

Como se vio en la primera parte del libro, 
el error implica una tendencia a establecer una autoimagen positiva 
que induzca aceptación o admiración en los otros individuos 
que comparten nuestros valores y en nosotros mismos, 
pues erróneamente creemos que ello nos permitirá 
hacer estables las sensaciones agradables 
y evitar la manifestación de las desagradables. 
Puesto que lo que más admiran 
quienes comparten los valores del budismo es la realización, 
la autoimagen más positiva que un budista
 pueda establecer es la de sí mismo como realizado. 
Mientras que, como vimos, 
el comportamiento del hinayana implica mantener una actitud subyugada 
que en todo momento muestre que se están manteniendo los preceptos 
y se está realizando la práctica, 
el Comportamiento del dzogchén es el comportamiento del Buda primordial, 
Samantabhadra / "Kuntuzangpo"(«Todo Bueno»), 
cuyo nombre significa que todo es viable: el nirvana es viable, 
y las manifestaciones virtuosas y díscolas del error son ambas igualmente viables. 
Cuando mantenemos la Contemplación en la vida diaria, 
puesto que todo se libera de forma espontánea al surgir,
no hay peligro de que construyamos una falsa imagen de nosotros mismos 
como realizados que han trascendido el samsara. 
Cuando se manifiesta el error, 
no tenemos que controlar su manifestación de modo 
que nuestra conducta parezca corresponder a la que la vía de renuncia 
atribuye al realizado budista; 
así, pues, si espontáneamente surgen comportamientos bruscos, 
impulsivos o díscolos, 
aprovechamos su manifestación para, 
en la medida en la que éstas contradicen la imagen del «realizado», 
frustrar el impulso a adherirnos a la imagen virtuosa que desearíamos consolidar, 
usando la molestia ocasionada por las proyecciones negativas 
que los demás puedan hacer sobre nosotros como una alarma 
que nos recuerda aplicar las instrucciones de la práctica y que, 
de este modo, hace posible la liberación espontánea 
de aquello que había interrumpido el estado de Contemplación. 
Este mantener la Contemplación en todas las actividades de la vida diaria 
y usar la manifestación habitual del error para lograr su liberación espontánea, 
es lo que se conoce como Comportamiento (chöpa), 
que constituye el tercer aspecto de la vía.71
Ahora bien, los falsificadores, 
que en la «era de la oscuridad» son más abundantes que nunca, 
también pueden imitar el Comportamiento de Samantabhadra, 
manifestando toda clase de conductas díscolas 
sin mantener el estado de Contemplación, 
e incluso sin haber jamás obtenido la Introducción directa, 
con el único objeto de hacer creer a otros 
que son grandes practicantes del atiyana-dzogchén
Es por esto que no hay signos externos 
que permitan reconocer a un realizado o a un practicante avanzado de dzogchén: 
el verdadero adepto sólo exhibirá su capacidad de Contemplación 
cuando convenga que algún otro individuo la reconozca
el falsificador podría imitar las formas de mirar propias de la Contemplación 
y hasta el Comportamiento de Samantabhadra 
a fin de hacer creer a otros que él o ella es un consumado practicante.

Para concluir, cabe señalar que —como se sigue claramente de todo lo anterior— aunque la Introducción directa tiene lugar de manera súbita, a continuación sigue todo un proceso de progresiva Iluminación continua. Es por esto que se dice que el atiyana-dzogchén no es ni una enseñanza abrupta ni una enseñanza gradual. [..]
Parte II. Budismo

Y para terminar el recordatorio una imagen,
la continuidad férrea que transmite este yogui,
al no sucumbir durante casi cuarenta años,
a desviarse de su compromiso autoimpuesto.
EL HOMBRE QUE LLEVA 38 AÑOS 
CON EL BRAZO LEVANTADO.

Un devoto de la India decidió levantar su brazo, 

en honor al dios Shiva, en 1973, 
y hasta la fecha su brazo jamás ha caído. 
Algunos afirman que se trata de personificar un estandarte de paz y disciplina, 
mientras que otros aseguran que el acto de inmovilizar su brazo 
representa una tajante separación de los placeres mortales. 
Sobra decir que ahora el brazo de Amar no es más que un trozo de carne y hueso, 
inservible dentro del plano del pragmatismo material, 
pero a la vez representa una especie de pulsante antorcha 
que irradia la materialización impecable de una intención precisa.[..] 

En un día como hoy,
fiesta de los ángeles custodios, ex fecha de cumpleaños de mi querido maestro raíz, que tristemente ya trascendió.
 El gran José Antonio Pérez López,
cariñosamente me llamaba Luzio,
io a el Josele,
siempre reconoció mis cualidades 
al igual que io las suyas.

En mi presencia, 
rara vez falló, jamas dudó.

La formula utilizada para realizar la transmision fue doble:

¿Que te acabo de decir?
¿Qué?

Estas dos formulas utilizadas en los momentos apropiados, 
me provocaban un potente "ñam"
o experiencia ilusoria,
a partir de la cual se podía reconocer el estado.

La transmisión mas allá de las palabras tuvo lugar,
guru yoga sin saber ni que existía guru yoga como tal 
fue realizado a la vieja usanza,
permitiendo  la fusión de las conciencias,
el testigo fue recogido.

Su instrucción medular,
el mensaje de su corazón,
fue:
¡Luzio no dudes!

-le respondí, no dudo Josele.

¡Si dudas! ¡No dudes Luzio!
Las historias que cuenta la tradición 
de que determinados individuos obtuvieron la realización 
con tan solo una instrucción, 
no esta muy descabellada.

Uno de los últimos imperativos que me regalo fue:
``Me creeré como verdad la experiencia que me  cuentas 
cuando te vea actuar y asi me lo demuestres.´´
Otro de los últimos mensajes que me mandó decía:
Luzio paciencia, 
somos la cota mental mas experimentada,
ya sonriéremos juntos para la eternidad,
palabra de honor, Jant.
En su recuerdo, 
unos minutos de elegante Teatro Zingaro,
Salud.

´