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Jose Antonio PérEZ LópEZ.
En aquellos tiempos felices:  respetado, estimado, valorado, 
apreciado.. por todos, y conocido como:
"EL BRUJO"
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En realidad el mismo día que le endosaron este mote, 
allá en los albores.., en nuestra querida tierra  Linares (Jaén), 
nos lo pusieron por partida doble, 
"los brujos", pero fue el.., quien lo lucio con gala,
aunque el siempre supo que 
igual que el era mi maestro "de forma cariñosa" io era el suyo,
era una relación maestro discípulo bidireccional,
bonita y apreciada pieza de un puzzle cósmico 
en la que en cualquier contexto, selva tras selva, 
nos chocábamos las manos, un potente, energético y característico apretón de manos,
miles y miles de veces chocamos estas transmitiéndonos una complicidad monumental, 
solo la vida sabe desde que tiempo empezó a forjarse este vinculo karmico,
por supuesto la comunicación y transmisión fue
 mas allá de las palabras de mente a mente,
debido a esta admiración mutua, la fusión de consciencias, 
guru yoga a la vieja usanza, 
emergió con facilidad, naturalidad, elegancia y pura legitimidad,
como debe de ser.. SALÚ.


Respeta tu propio ritmo.

Respeta el espacio sagrado de tu corazón, donde tu Maestro mora.
Respeta el ritmo de los demás.
Cada uno baila su propia música!
enlazado por: Emilio H. de la pagina Puente de Luz
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Ceremonia de cremación de uno de los maestro de D. Elías C.: 
Kyabjé Dungse Thinley Norbu Rinpoche, 
hijo del gran Kyabje Dudjom Rinpoche.


Unas palabras clásicas y legendarias de su padre.

Samaya intacto.

 
[..] Yo, que soy vuestro anciano padre, no tengo ninguna cuali­dad excepto una. 
Mis maestros raíces, eruditos y realizados, fueron Padmasambhava en persona. 
Nunca hice ni una sola co­sa que les decepcionara, 
nada que pudiesen considerar ni lige­ramente inapropiado, 
ni en ningún caso nada que se opusiese a sus deseos. 
Este es mi mayor logro; mi samaya está intacto. 
Y confieso que con un linaje tan puro, 
me siento satisfecho con­migo mismo. 
Eso no es algo frecuente en nuestros días.
 De las aproximadamente dos mil personas que están ahora recibiendo estas iniciaciones y transmisiones, 
hay treinta y sie­te tulkus y cerca de sesenta abades, profesores y maestros. 
La mayoría son miembros de las sanghas monástica y tántrica, practicantes del Dharma. 
Alrededor de la cuarta parte de los aquí reunidos son laicos, hombres y mujeres. 
En el pasado, 
no se acostumbraba a dar las profundas iniciaciones de los Mantras Secretos abiertamente 
a un número tan elevado de perso­nas. 
Únicamente se les daba a quienes se tenía la certeza de que las practicarían 
y que serían capaces de guardar los samayas.
      Chos dred. lit. «Oso del Dharma». 
Expresión tibetana que se refiere a alguien que conoce el Dharma (quizás muy bien) pero que no lo ha asimilado y, debi­do a esa negligencia, se vuelve impermeable al maestro y a las enseñanzas.[..]
[..] La Joya Del Corazón Del Afortunado

Una introducción a la Gran Perfección

Consejos de mi Corazón: Capitulo 7: Dudjom Rimpoche

¡Homenaje a mi maestro!
El Gran Maestro de Oddiyana dijo una vez:
No investigues las raíces de las cosas,
¡Investiga la raíz de la Mente!
Una vez que hayas encontrado a la raíz de la Mente,
Sabrás una cosa, liberando todo espontanemente.
Pero si no logras encontrar la raíz de la Mente,
Conocerás todo, pero no entenderás nada.

Cuando comiences a meditar en la mente, siéntate con tu cuerpo derecho, y permite que tu respiración entre y salga en forma natural. Contempla el espacio frente a ti con los ojos ni cerrados ni totalmente abiertos. Piensa que por el bienestar de todos los seres quienes han sido tus madres, vas a observar a la conciencia, el rostro de Samantabhadra. Ruega fervorosamente a tu maestro raíz, quien es inseparable de Padmasamvabha, el Guru de Oddiyana, y luego mezcla tu mente con la suya. Asiéntate en un estado meditativo equilibrado.

Sin embargo, una vez que hayas asentado tu mente, no podrás descansar por mucho tiempo en ese estado vacío y claro de conciencia pura y prístina. Tu mente comenzará a moverse y a agitarse. De manera inquieta correrá de aquí para allá, por todas partes, como un chango. Lo que estás experimentando en este momento no es la naturaleza de la mente, sino sólo pensamientos. Si permaneces con ellos y los sigues, te encontrarás recolectando todo tipo de cosas, pensando acerca de toda clase de necesidades, planeando diversas actividades. Es precisamente este tipo de actividad mental el que te ha lanzado en el pasado al oscuro océano del samsara, y no cabe duda que lo hará en el futuro. Sería mucho mejor si pudieras cortar con la siempre expansiva y negra confusión de tus pensamientos.

¿Qué pasaría si pudieras liberarte de las cadenas de tus pensamientos? ¿Cómo es la conciencia pura y prístina? ¡ Es vacía, deslumbrantemente límpida, ligera, libre y llena de gozo! No es algo que esté encadenado ni demarcado por su propia colección de atributos. No hay nada en la totalidad del samsara y el nirvana que no lo abrace. Desde el tiempo sin principio, está dentro de nosotros, innata. Nunca hemos estado sin ella, y sin embargo, está plenamente fuera de nuestro campo de acción, esfuerzo e imaginación.

Pero, ¿cómo, preguntarás, es reconocer la conciencia pura y prístina, la cara de rigpa? Aunque lo experimentes, simplemente no podrás describirlo; sería como un mudo tratando de describir sus sueños. Es imposible distinguir entre tú que descansas en la conciencia pura y prístina y la conciencia pura y prístina que estás experimentando. Cuando descansas de manera natural, desnuda, en el estado ilimitado de la conciencia pura y prístina, todos esos pensamientos molestos y veloces que no se quedan callados, ni siquiera por un instante - todas esas memorias, todos esos planes que te causan tantos problemas - pierden su poder. Desaparecen en el cielo espacioso sin nubes de la conciencia pura y prístina. Se quiebran, se desmoronan y desaparecen. Toda su fuerza se pierde en la conciencia pura y prístina.

De hecho, tienes esta conciencia pura y prístina dentro de ti. Es la sabiduría clara y desnuda del Dharmakaya. Pero, ¿Quién te puede introducir a ella?, ¿En dónde puedes asentar su base?, ¿De qué puedes estar seguro? Para empezar, es tu maestro quien te muestra el estado de la conciencia pura y prístina. Y cuando la reconoces por ti mismo, es cuando has sido introducido a tu propia naturaleza. Todas las apariencias, tanto del samsara como del nirvana, son simples despliegues de tu propia conciencia pura y prístina; toma como punto de referencia tu vida, de manera firme, tan solo la conciencia pura y prístina. Así como las olas que se levantan y surgen del océano y regresan a él, así todos los pensamientos que surgen, moran y se disuelven en esa conciencia pura y prístina. Convéncete de su disolución y así te encontrarás en un estado totalmente libre tanto de meditador como de objeto de meditación - más allá de la mente meditadora.

"¡Ah en ese caso!" Podrías pensar, "no hay necesidad de meditar". Bueno, yo puedo asegurarte que sí es necesario meditar. El mero reconocimiento de la conciencia pura y prístina no te libera. A través de tus vidas desde el tiempo sin principio te has visto envuelto en creencias falsas y hábitos engañosos. Desde entonces hasta ahora has gastado cada momento como un miserable y patético esclavo de tus pensamientos. Y cuando mueras, no se sabe a ciencia cierta a donde irás. Seguirás a tu karma y tendrás que sufrir. Es por esta razón que debes meditar, para preservar de manera continua el estado de conciencia pura y prístina al que se te ha introducido. El omnisciente Longchenpa ha dicho, "Puedes reconocer tu propia naturaleza, pero si no meditas y te familiarizas con ella, serás con un recién nacido abandonado en un campo de batalla: serás tomado por el enemigo, el ejército hostil de tus propios pensamientos." En términos generales, meditación significa familiarizarnos con el estado de descansar en la naturaleza primordial y libre de elaboraciones, a través de la atención espontánea, constante y natural. Significa acostumbrarnos a dejar en paz el estado de la conciencia pura y prístina, despojado de toda distracción o aferramiento.

¿Cómo nos acostumbraremos a morar en la naturaleza de nuestra mente? Cuando surjan pensamientos mientras meditas, déjalos que surjan; no hay necesidad de considerarlos tus enemigos. Cuando surjan, relájate en su surgimiento. Por otro lado, si no surgen, no te preguntes nervioso si acaso van a surgir o no. Simplemente descansa en su ausencia. Si aparecen de manera súbita pensamientos grandes y bien definidos durante tu meditación, es fácil reconocerlos. Pero cuando ocurren movimientos sutiles, es difícil darse cuenta que están ahí hasta mucho después. Esto es a lo que llamamos namtok wogyu, la corriente subterránea de la distracción mental. Es el ladrón de tu meditación, así que es importante mantenerlo vigilado. Si puedes estar atento en forma constante, tanto en la meditación como después de ella, mientras comes, duermes, caminas o estás sentado, es justamente eso- ¡estas en lo correcto!

El gran maestro Guru Rimpoché dijo:

Cien cosas se pueden explicar, mil se pueden decir,
Pero sólo una debes entender,
Conoce una cosa y todo se libera-
Permanece en tu naturaleza interior; ¡tú conciencia pura y prístina!

También se dice que si no meditas, no encontrarás la certidumbre: si lo haces, la conseguirás. Pero, ¿qué tipo de certidumbre? Si meditas con un esfuerzo fuerte y gozoso, aparecerán señales de cómo te has acostumbrado a morar en tu naturaleza. Tu aferramiento feroz a experimentar los fenómenos de manera dualista, gradualmente se aflojará, y tu obsesión con la felicidad y el sufrimiento, las esperanzas y miedos, etc, gradualmente se irán debilitando. Aumentará la devoción por tu maestro y tu confianza sincera en sus instrucciones. Después de un tiempo tus actitudes dualistas y tensas se evaporarán y llegarás al punto en donde el oro y las piedras, la comida y la basura, los dioses y demonios, la virtud y la no-virtud, todo será lo mismo para ti - estarás imposibilitado para escoger entre el paraíso y el infierno. Pero hasta que llegues a ese punto (mientras estés aún atrapado en las experiencias de la percepción dual), virtud y no-virtud, tierras búdicas e infiernos, felicidad y dolor, acciones y sus resultados - todo esto es la realidad para ti. Como lo dice el Gran Guru, "Mi visión va más allá del cielo, pero la atención a mis acciones y sus resultados es más fina que la harina."

Así que no vayas por ahí proclamando sé un gran meditador Dzogchen cuando de hecho no eres más que un vago pedorro que apesta a alcohol y lujuria.

Es esencial que tengas una base estable de devoción pura y samaya, unidos a un entusiasmo fuerte y gozoso que esté bien equilibrado, ni muy tenso ni muy suelto. Si eres capaz de meditar, alejándote por completo de todas las actividades y preocupaciones de esta vida, es certero que obtendrás las extraordinarias cualidades del profundo camino del Dzogchen. ¿Por qué esperar a vidas futuras? Puedes tomar por asalto a tu ciudadela primordial hoy mismo, en el presente.

Estos consejos son la sangre misma de mi corazón. ¡Mantenlos cerca y nunca los dejes ir! [..]
Datos biográficos:


Kyabjé Düd'jom Rinpoche o Dudjom Jikdral Yeshe Dorje (1904-1987)

[..]Uno de los yoguis más importante del Tíbet, académicos y maestros de meditación.
Fue reconocido como la encarnación de Dudjom Lingpa(1835-1904), 
cuyas encarnaciones anteriores incluidos los más grandes maestros, 
yoguis panditas como: Shariputra, Saraha y Khyeú Chung Lotsawa
Considerado como el representante vivo de  Padmasambhava era un Revelador grandes de los "tesoros"  (terma) oculto por Padmasambhava. Un prolífico autor y estudioso meticuloso, Dudjom Rimpoché escribió más de cuarenta volúmenes, uno de los más conocidos de los cuales es su monumental La Escuela Nyingma del budismo tibetano: sus fundamentos y la historia.
Durante la última década de su vida los pasó enseñando mucho tiempo en Occidente, donde ayudó a establecer la tradición  Nyingma, fundando grandes centros en Francia y los Estados Unidos.Su Santidad Dudjom Rinpoche, Jigdral Yeshe Dorje, fue uno de los yoguis más destacados, académicos y maestros de meditación de los últimos tiempos, que no sólo inspiró temor en aquellos que lo conocieron, sino también la devoción y profundo afecto.
Después de la huida de los tibetanos en el exilio, se Dudjom Rinpoche, que fue el primer maestro que se conceda el título de Jefe Supremo de la escuela Nyingma del budismo tibetano, el "más antigua" escuela introdujo en el Tibet en el siglo 8 por Guru padmasambhava.[..]
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