[..] En el budismo vajrayana hay dos tipos primarios de transmisiones que preservan las comunicaciones entre gurú y discípulo, y las dakinis juegan importantes pero distintos papeles en cada uno de ellos. 

Primero está el linaje de la instrucción oral, llamado "larga transmisión de declaraciones" o kama, que pasó a través de un linaje histórico de gurús humanos. 
Podemos hallar ejemplos en las enseñan­zas tántricas que recibieron gurús humanos, como Tilopa y Naropa, o Gurú Rimpoché y sus discípulos directos.
El segundo es el "linaje cercano de tesoros descubiertos" o termas, que surge de la comunicación directa y continúa de Gurú Rimpoché. 
Estos tesoros de enseñanzas constantemente frescas son hallados por descubridores de termas, o tertóns. En esta transmisión, se ocultan escrituras auténticas y posteriormente en el momento ade­cuado, las descubren gurús realizados mediante su poder visionario. 
La tradición de termas más poderosa es la que se remonta hasta Gurú Rimpoché. 
Se dice que Gurú Rimpoché sabía que las enseñanzas del vajrayana que transmitía tendrían una expre­sión más amplia en los turbulentos tiempos del futuro.
Aunque estas dos líneas de transmisión sean diferentes en la tradición ñingma, las dakinis juegan un papel similar en ambas. Guardan y protegen las enseñanzas que se han confiado a su cuidado, y aseguran la continua integridad del descubrimiento y la diseminación de dichas enseñanzas. 
En cada una de estas dos líneas, la transmisión auténtica de las enseñanzas tántricas se compara al "cálido aliento de las madres daki­nis". 
El "linaje susurrado" o kama, emplea a menudo esta conocida analogía. 
Se dice que las termas encarnan el "aliento húmedo e imperecedero de las dakinis", una forma de bendición constantemente íntima y fresca.
En las enseñanzas de kama, se dice que las dakinis guardan la integridad de la transmisión oral en cinco aspectos, llamados las cinco certezas. 

Las pode­rosas enseñanzas personales del "linaje escuchado o susurrado al oído" sólo se pueden transmitir si:

1) las enseñanzas se imparten en un lugar correctamente dispuesto, con indicaciones auspiciosas;
2) el maestro es un gurú cualificado;
3) los estudiantes tienen suficiente devoción y dedicación;
4) el tiempo es opor­tuno y apropiadamente auspicioso, y
5) las enseñanzas son adecuadas en con­tenido y presentación.
Asegurar estos cinco criterios es responsabilidad de las dakinis.

Las hagiografías indican que estos cinco criterios prevalecen en las transmisiones karma y terma. 

Las dakinis aparecen en momentos clave durante la transmisión de nuevos linajes, advirtiendo de los obstáculos, limitando la audiencia, ponien­do a prueba la confianza de los estudiantes y del gurú e, incluso, corrigiendo los detalles de los rituales y de la pronunciación. 
La apropiada configuración de todos estos componentes se llama tendrel, coincidencia auspiciosa, que en el contexto tibetano se refiere a la constelación de condiciones apropiadas para una transmisión exitosa. Tendrel es la abreviación del término tibetano "originación interdependiente" (pratityasamutpada), sugiriendo que cada uno de estos cinco factores influye, en la misma medida, en los otros cuatro, sin que ninguno de ellos sea primario. 
La devoción de los estudiantes atrae recíprocamente la habilidad del gurú para transmitir las enseñanzas; la maduración del tiempo influye recíprocamente en la adecuación del escenario de las enseñanzas. 
En cada aspecto, las bendiciones de las dakinis y de los otros protectores aseguran la química de la transmisión.
En el descubrimiento de los textos terma se impone un interés similar por tendrel. 
Los tertóns potenciales consideran cuidadosamente la coincidencia auspiciosa de factores, incluyendo su disposición para descubrir, traducir y trans­mitir estas enseñanzas a discípulos merecedores de ellas. 
Llevan a cabo prácticas preliminares, generalmente en retiro, y aguardan signos auspiciosos como visio­nes, sueños y profecías. 

Las dakinis son preponderantes en tales signos, pues ellas mantienen en secreto las enseñanzas hasta que prevalece tendrel. En el momento en que Longchempa recibió exitosamente la terma Esencia Fundamental de las Dakinis, cantó estos versos como agradecimiento:
Cuando las dakinis revelen sus profecías esta noche,
en el décimo día del cuarto menguante del mes lunar
[un día en que la influencia de las dakinis se considera especialmente fuerte],
éste es un signo de la conjunción interna de factores auspiciosos,
un signo de compromisos puros entre los creyentes,
un signo de la emergencia ecuánime del bienestar para los vivos,
¡y un signo de atravesar el océano de la existencia cíclica!

En la tradición terma, es esencial que el descubridor de tesoros mantenga estrechos vínculos con las dakinis, que son la fuente de las experiencias visiona­rias requeridas para un descubrimiento exitoso.
Cuando no hay un recipiente adecuado para los textos tántricos, se dice que se mantienen sellados en la apertura invisible, guardados y preservados por las dakinis. 

La apertura invisible está considerada como la provincia especial de las dakinis y recibe el nombre legendario de Uddiyana, o, en su versión tibetana, Orguien. 
Según las leyendas, este lugar es un paraíso occidental externamente asociado a tres posibles localizaciones geográficas: el Hindú Kush, la región del valle Swat (al noroeste de la India contemporánea, cerca de la frontera afgana en Pakistán), o el sur de India, en la región de Kanci. 
El significado del nombre sánscrito original puede entenderse como "el vehículo de volar" o "ir arriba y lejos".
En la leyenda vajrayana, se decía que Uddiyana era un lugar bello y prós­pero, gobernado por el rey Indrabhuti. Cuando el rey Indrabhuti pidió al Buda unas enseñanzas que no le obligaran a renunciar a su trono, reino, riqueza o familia, el Buda le confirió secretamente iniciaciones de tantras internos. Todos los habitantes de esa tierra, incluidos los insectos, practicaron tales enseñanzas y alcanzaron realizaciones, desvaneciéndose en cuerpos de arco iris. Desolado y deshabitado, Uddiyana fue entonces transformado en un lago por los compa­sivos espíritus del agua (nagas). Los espíritus del agua también empezaron a practicar las enseñanzas tántricas, y sus hijos e hijas se convirtieron en dakas y daki­nis. A partir de ese momento, Uddiyana fue conocida como la "tierra de las dakinis".
Uddiyana está particularmente asociada a Gurú Rimpoché, Padmasambhava, el "señor de las dakinis". 
Fue en Uddiyana, en el centro del Lago Dhanakosa, donde el rey le encontró bajo el aspecto de un niño maravilloso sentado sobre una flor de loto. 
La tierra está poblada de toda suerte de dakinis, tanto munda­nas como sabias, que se congregan en cuatro ciudades que albergan a cien mil mirí­adas de dakinis. 
Estas ciudades están construidas alrededor de templos deslum­brantes, cuyas naves preservan muchos volúmenes de textos tántricos." 
Una de estas ciudades es Dhumasthira, el "lugar del humo". 
El gran maestro contem­poráneo Dudjom Rimpoché escribió que el pueblo de Dhumasthira aparece hoy como un pueblo ordinario, pero las mujeres que habitan en él, por pertenecer a una antigua raza de dakinis, tienen todavía poderes mundanos. 
Su palacio central, Darmagañji, no puede verse convencionalmente, pero "todavía contiene algu­nos tantras del camino del mantra secreto que aún no han aparecido en India; pues las dakinis los han mantenido protegidos en la esfera invisible, para que no sean objetos de la percepción ordinaria".
Mientras que estos reinos se describen en las leyendas tántricas, sus significados pueden hallarse en las prácticas.
Aun cuando los lamas hablan rapsódicamente de Uddiyana y de sus alrededores, recuerdan a sus estudiantes que Uddiyana sólo puede hallarse esotéricamente. 
Para el practicante del yoga del cuerpo sutil, Uddiyana se refiere a la red de canales y al aliento vital donde se genera el gozoso calor de las dakinis. 
Para el practicante de la sadhana tántrica, Uddiyana es el mandala puro donde habita la deidad yidam. 
Para el practicante del esta­dio de consumación libre de forma, Uddiyana es la mente-sabiduría primordial, natural y autosurgida, completa y perfecta, exactamente tal cual es. 
Estos niveles concuerdan con los niveles con los que hemos descrito a la dakini misma. 
Y éstos son los niveles en los que las dakinis mantienen selladas y protegidas las enseñanzas ocultas del tantra. [..]

* Basado en extractos del libro Judith Simmer-Brown.  
14-04-13